La organización OEIDIH siempre ha querido dejar constancia de nuestro agradecimiento por las personas que nos han dado la mano solidaria, sin lo cual nuestro propósito sería, nada menos que imposible, porque, como hemos dicho en otras ocasiones las misiones se realizan con los pies de los que van, las rodillas de los que oran y las manos de los que dan. Muchas personas aún no tienen la explicación del porqué sin aún no tenemos presupuestado un proyecto, podemos tener uniformes para todos nuestros niños; o por qué podemos dar alimentos a una centena de bocas hambrientas, sin que nos falle un solo sábado (hasta ahora); o por qué podemos dar comida a diez niños deformas sistemática todos los días; o por qué podemos organizar consultas clínicas para tantos niños, haciendo extensivo en ocasiones este reto a una parte de la comunidad; o por qué hemos podido rescatar la dignidad de tantos niños que habían llegado a nosotros con el alma colgando de un clavo, en el centro del pecho… Eso sólo ha sido posible porque hay personas de buen corazón, que como la señora Petra, de la República Checa, la señora Hamříková, otra conciudadana de Petra o la señora Sylvia, otra inglesa de buen corazón…de cuando en cuando nos tiran un pedazo de soga para que nuestra frágil embarcación no toque fondo y podamos continuar la travesía, cuyo final no podemos vislumbrar allá en lontananza. Porque sabemos. Es mucho lo que Dios demanda de nosotros, pues no podemos dejar abandonada en medio del camino a tanta persona necesitada de una mano conductora. Por eso cada vez que terminamos de comer damos gracias a Dios, porque ha puesto a estas personas en nuestro camino. (¿O nos ha puesto en sus caminos para que su magnanimidad tome forma volumétrica?) Sin ellas habríamos sucumbido sin rendir cuenta de una travesía acabada.
MSC Arnoldo Civil Urgellés
No hay comentarios:
Publicar un comentario