Las Sagradas Escrituras dan muestras inequívocas de que esta herramienta espiritual es capaz de ponernos a la altura que nuestro Padre desea. Pedro caminó sobre las aguas hacia el Maestro; y si no le hubiese fallado a última hora, habría llegado a donde el Mesías. Elías provocó sequías y lluvias y también cruzó el Jordán, con los pies secos. El Maestro nos ha dicho que si tuviéramos la fe “como un grano de mostaza”, podríamos dejar grandes huellas en esta vida. En eso pensaba hace unas horas cuando analizaba las proyecciones de nuestra organización OEIDIH para este mes. Por supuesto, cuando se proyectan acciones para etapas futuras, siempre hay que partir de los meses o momentos anteriores.
Nuestra área de acción son los niños huérfanos, fundamentalmente aquellos que fueron arrancados de cuajo del seno de sus familias. Sin embargo a raíz de los recientes aguaceros que provocaron más de 26 muertes en los alrededores de Petion Ville, se nos acercó una organización internacional, la Organización no lucrativa Maestra Sing Hai, quienes conociendo de nuestra transparencia, nos pidieron colaboración a fin de canalizar a distribución de alimentos para las personas damnificadas de la presente temporada ciclónica. Nuestra disposición a punto, provocó que fuésemos a la frontera a recibirlos con la preciada buena nueva. La costarricense Silvia, al frente de la comitiva, nos provocó algunas noches de insomnio. Todos conocen que hay carencias alimenticias en esta nación. Eso exaspera a los famélicos protagonistas que se desprenden de esta historia, lo que desencadenó una ola de pensamientos. Al fin el reparto de alimentos. Más de 600 núcleos familiares fueron abastecidos con los diferentes productos alimenticios traídos, gracias al gesto desprendido de esas personas…
Usted me podría preguntar ¿Y qué tiene que ver esto con la fe? Pues podría decirle que mucho. La mayoría de las acciones que emprendemos en el seno de OEIDIH tienen como base nuestra confianza en el concurso del Altísimo. En un fin de semana no tenemos alimentos para dar a nuestros niños, y a la semana siguiente nos aparece alguna organización con algún recurso a fin de que no se rompa el equilibrio de nuestras acciones, ni el flujo de nuestra labor. Siempre nos sorprende el alcance de nuestra confianza en Dios, el que nunca nos ha dejado desamparados. Para que usted tenga una idea, nosotros hemos enarbolado en Haití un nuevo concepto del orfanato. Nuestros niños han visto enarbolado bien en alto la bandera de la dignidad. Sin un proyecto financiado sería imposible llegar hasta donde hemos llegado. Pero nuestro Padre no deja desamparados a sus hijos. En el momento en que recibimos la llamada desde Costa Rica para ofrecernos la donación de alimentos a los damnificados de la presente temporada ciclónica, comentábamos sobre la necesidad de que esas personas recibieran una asistencia a fin de paliar sus necesidades. Y la respuesta llegó certera, tajante y efectiva. Gracias a Dios por tanta magnanimidad. No dudamos de que en algún momento recibiremos la respuesta de que alguien es este mundo, con el corazón sensible ante las personas que deambulan por las calles sin la presencia de un padre o de una madre, nos diga. “Hemos decidido financiar el proyecto de niños huérfanos de OEIDIH” De eso no tenemos duda alguna, porque la fe mueve montañas.
MSC Arnoldo Civil
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