
Los aniversarios son ocasiones para el recuento.
Siempre que asistimos al encuentro de un aniversario se impone la necesidad de mirar por encima del hombro, hacia atrás, con el objetivo de ver cuánto se ha recorrido, y si el derrotero emprendido ha sido recto o ha estado plagado de sinuosidades que te apartan del objetivo esencial de tu misión. De este contexto se deriva que la intención siempre será con la finalidad de corregir la dirección del camino con la finalidad de aportarle nuevos ingredientes al nuevo producto que se nos presenta como un reto tentador. El día 12 de febrero de 2010, justamente un mes después de la fatídica fecha del terremoto que asoló los cimientos de esta nación, nació nuestra organización, nuestra querida OEIDIH. En pañales adquirió la mayoría de edad. Se sabe que las grandes responsabilidades hacen crecer a las personas en su dimensión espiritual y les espolean los ánimos al punto de prepararlos como un corcel de batalla, aun cuando no se tiene estatura de potro de carrera. Eso nos ocurrió. Sin un átomo de condiciones nos dimos a la tarea de acercarnos a los niños huérfanos del Haití desplomado que todos comenzaron a mirar con visos de compasión desde una frontera distante; OEIDIH tendió la mano vacía a los infantes con vulnerabilidades mayores en una nación que acababa de ser lanzada al caos total por el infortunio de un cataclismo que dejó a miles de niños sin padres y a miles de padres sin hijos. De esta realidad nació el llamado de Dios. El pastor Ezequiel Batista respondió a la convocatoria. Con las manos vacías se lanzó a la aventura.
No faltaron ataques de desaliento, de desesperación, porque cuando quieres ayudar a alguien debes tener algo para dar en las manos; pero tampoco nos faltó la ayuda del Altísimo. Personas caritativas se nos acercaron y aportaron el ingrediente a nuestras carencias… Y comenzó a armarse una entidad llamada brindar ayuda a los más desesperados… Surgieron colaboradores, nacidos de la misma nación, quienes sin percibir remuneración se dieron a la tarea de aportar su energía siempre apreciada. Así nació una organización que adquirió dimensiones mayores en la lucha contra el tiempo y las adversidades.
En eso pensaba el pasado 12 de febrero cuando celebramos el segundo aniversario de nuestra organización, cuando personas de allende los mares nos dieron el apoyo para que a los niños no les faltaran las golosinas y pudiéramos celebrar nuestro segundo aniversario. Esa era la idea que desfilaba por mi mente como si cabalgaran tropel, una tras otra., Las ideas sobrepujaban mi masa gris como si quisieran hacerme reverdecer los laureles, mientras desde nuestras filas iban saliendo los “artistas de teatro” formados por nosotros mismos en el fragor de nuestro empeño por brindarles un poco de esparcimiento en cada minuto de lucha contra el tedio y la monotonía; o en cada minuto en que desfilaba la secuencia de cantantes de alabanzas y adoraciones frente a los invitados (los había, venidos especialmente, hasta desde la mismísima Cuba, nuestra patria querida); o simplemente cuando alguien, como Sadam Husein, a quien ya usted conoce por nuestras anteriores referencias y Sandra se las ingeniaron para arrancar a los más sentimentales, lágrimas de solidaridad, ante la narración de su triste pasado. Sadam no dejó de reconocer que no sabe a ciencia cierta cuál habría sido su destino, si no hubiera sido encontrado por los padres de OEIDIH. Patético fue el minuto en que refirió que por primera vez en más de una quincena llegó a probar comida caliente y con sabor a sal. A muchos les rodó una terca y parca lágrima por la mejilla en señal de conmoción. Sandrá fue más gráfica al destacar que simplemente si no hubiera sido hallada por la organización, a la que considera sus padres, sencillamente, habría sucumbido bajo las garras de una sociedad despiadada…Yo pensaba entre otras cuestiones: “Caramba, si Ezequiel y OEIDIH no hubieran existido, en virtud de las necesidades de estos niños, habría sido necesario inventarlos, pues la realidad de esta nación nos lo impondría como un mandato divino.